sábado, 27 de junio de 2009

Etapa 3 Molinaseca - Cacabelos




Llegamos a Molinaseca agotados y muy tarde (sobre las 5). Después de atravesar el pueblo preguntamos por el albergue y nos dicen que a unos 50 mts. más o menos. Después de recorrer un kilómetro aparece el albergue (una preciosa casa que invita al descanso y la relajación) . El hospitalero nos dice que está lleno y que vayamos al municipal que está un poco más adelante. Llegamos al lugar indicado y descubrimos un caserón que invita a cualquier cosa menos al descanso. Nos instalan en una hilera de 6 catres flanqueados por dos chicas. De las instalaciones mejor no hablar. Los niños se bañan en el río y disfrutan del resto de la tarde. LLega la noche y nos instalamos como podemos en el barracón. Oigo unos ronquidos y pienso que es Valen aunque resultan tan fuertes que me parece imposible que pueda dormir tan profundamente; cual es mi sorpresa cuando descubro que los ronquidos son de la holandesa del flanco derecho ( en mi vida había oído semejante estruendo).
Salimos a las siete y media hacia Ponferrada y descubrimos que Valen tiene unos ronchones rojos por piernas y brazos que le pican a rabiar (más tarde descubrimos que eran picaduras de chinches). Si las mirabas con atención formaban una frase que decía "Recuerdo del albergue de Molinaseca".
Cholcolate con churros al lado del Castillo de Ponferrada para coger fuerza y afrontar el resto de la etapa. Después de un buen rato al final de Ponferrada se oye un crack que viene del carro y que hace que nos giremos imanginando cualquier desastre; después de una rápìda inspección descubrimos la avería: Se ha hecho un siete en los bajos del carrito. Buscamos un sitio para parar, sacamos aguja e hilo y cosemos el siete, para mayor protección ponemos unos imperdibles de manera provisional ( ahí siguen a día de hoy). Cogemos impulso y retomamos la ruta (no me voy a enrollar y solo decir que hacía mucho calor y la etapa se hizo un tanto pesada). Nerea se quedó dormida en el carrito y Alex se paraba cada dos pasos porque le daban ataques de dolor en las piernas ( le habían salido unos granitos rojos que le dolían cantidad).
Al fin encontramos el albergue: Habitaciones dobles en semicírculo aprovechando el patio de la iglesia. ¡ Por fin íbamos a dormir solos!
Alex tiene las piernas que dan pena y de Valen mejor no hablar así que después de comer nos vamos a urgencias y la doctora nos dice que lo de Alex es alérgia al sol y lo de de Valen ya lo he comentado antes ¡chinches! Ambos enseñan las cachas y les ponen sendas inyecciones. A los pocos metros Alex palidece, se queda helado y decido volver al centro de salud donde lo tumban en la camilla hasta que se le pasa el mareo fruto de la inyección. El de las chinches no se marea porque para eso es un hombre y además jefe de la tribu.
Después del momentazo Osakidetza decidimos ir al río a disfrutar de la tarde. Los "Cacabelinos-anos-enses" o como se llamen se lo montan de lujo en el río y hasta se han puesto un trampolín.
De vuelta al albergue (decidimos que cenaríamos allí en el patio), cura de piés, masaje, estiramientos y a dormir que mañana hay otra etapa que afrontar.






1 comentario:

Elena Bain dijo...

Eohhhhhhhhhh!!!....otra vez se han da'o el piro?? Pero bueno!